25.3.08

Amadeus - The Director's Cut*

Esta película es de las mejores que ví.

No por la música, no por el argumento ni por la historia ficcionada, sino por Tom Hulce.

Lejos, uno de los actores más inspirados y con más genio que existen: él no hizo a un Mozart pintado, hizo al hombre de carne y hueso que se reía de todo y de todos y que a la vez era capaz de la música más extraordinaria.

"Sir... I'm a vulgar man. But my music is not".

Y de la misma forma que en la película se bautizan todos los desbandes del músico lunático, en la realidad yo le perdono a Hulce la maraña enredada de su vejez, sus pelos sudados, su gordura; porque él es una especie en extinción.

Es alguien que todavía no tiene pelos en la lengua y es un "loco" por ello, me sigue recordando a mi hermano y a un amigo de mi hermano, Bernardo. Y también le debo la inspiración por otra película importante en mi vida: Parenthood, con Steve Martin y Mary Steenburgen, en la que las personas son todavía seres normales con problemas concretos como adolescentes, plata y familia y donde no nos vamos a encontrar con one-faceted characters que nos aburran a los dos minutos.

Hulce es, en conclusión, la mezcla de hombre bruto, desprolijo, bestia para amar y para recibir, pero con una mente y un corazón que van más allá de la media: piensa, siente y razona con los ojos sincronizados hacia adentro y hacia afuera, ríe a carcajadas y puede caer en la más profunda de las depresiones de un segundo para el otro, pero NUNCA -y esto es, NUNCA- va a dejar de ser AUTÉNTICO.

¡Porque así lo hizo Dios! Y está en su naturaleza a colores disfrutar de la marea como viene y como va, sin preguntarse cómo ni porqué cayó en su destino.

Es el ansia de vida la que lo lleva a la perfección: no el trabajo, no la bondad, no la virtud. Es la ráfaga que no se extingue, el Espíritu, la brisa celestial que lo toca en cada situación y cada nota. ¿Cómo apagar eso?

El amor no se apaga, ni el dolor, ni la sed, ni la paz, ni el desvelo o la vigilia.

Entonces, nunca van a apagarse los Tom Hulces,

ni tampoco los Einsteins que sacan la lengua

ni los Kevin Klines con cara de locos

ni los Lennons ni los Freddies ni los dioses en la Tierra;

porque Ellos son lo más parecido a Dios que existe,

y no hay ni una gota de irreverencia en sus personalidades:

su libertad es sanadora y es la que hace de la vida una celebración,

como lo quiso aquel Dios que puso en sus almas

la chispa traviesa de la dinamita

a la que más tarde le prendió la mecha.

*Trascendiendo tanto a Salieri como a Mozart se encuentran los temas universales que ellos representan: la relación entre el hombre y Dios, la dificultad de servir a un Dios cuyas formas se perciben generalmente como irracionales, perversas y chistosamente crueles; la confrontación del genio y la mediocridad; y, como en el trágico caso de Mozart, el triste espectáculo de un encumbrado genio mezquinamente recompensado y empujado a la destrucción por la sociedad.

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En la película Salieri era, quizá, de los pocos que entendían cuán trascendente iba a ser la música de su congénere. Eso es lo que lo llevó a la ruina. La inabarcabilidad del milagro y su necesidad de apagarlo -como hacemos los mortales cuando nos encontramos ante algo fuera de lo común y no sabemos cómo manejarlo- construyó una torre de envidia desde la cual penduló la venganza que acabaría con la vida de Mozart. El Salieri simbólico es, entonces, el propio Mozart y su lucha por diferenciarse, por dejar fluir y querer escapar del fantasma de su padre, que terminó torturándolo tanto antes como después de su muerte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta pelicula me impresiono mucho a mi tambien. En el sentido de IMPRIMIR... no recuerdo cuando la vi, pero me quedo grabada de la cara de Salieri cuando Constance le lleva las partituras de Mozart (el le ofrece esos dulces con forma de tits, cubiertos de glacè blanco) y ella le dice como al pasar que su marido no escribe en borrador ni pasa en limpio, que esos son los originales tal cual sale la musica de su cabeza... creo que es mi escena preferida.
y el final... el coche funebre y la fosa comun...
Marin

Marina dijo...

acabo de releer esto despues de haber visto el video.

sabes quien es una version italiana del que describiste como tom hulce?
(xq es una personalidad que se repite, que yo llamo "el juglar")
el irreverente que le canta cuatro frescas al rey arriesgando que le manden a cortar la lengua.

bueno, ese seria Dario Fo, que tanto escandalo causo en italia cuando le dieron el Nobel. yo sigo bastante a Jacopo Fo, el hijo, que da sanos consejos sobre mil cosas pero sobre todo sobre vida sexual sana.

si queres anda a visitar:

www.alcatraz.it

algun dia me ire de vacaciones a sus cabanias en toscana, donde organiza cursos de Yoga demencial.