30.1.11

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Era un viento, una marea que mecía
el arrorró, con la luna por vigía.
La sal flotaba, decoraba, iba y venía
y en la orilla ella rezaba y todo olía

"No me quiero ir..." dijo llorando en un suspiro
casi inaudible, susurrando su gemido
el mar volvía, se retorcía como un rizo
no decidía si concederle su hechizo.

Pero al final, muy conmovido por el llanto
usó su embrujo, todo su oleaje como un manto
le llenó el alma de mareas e hipocampos
le concedió profundidad, paz, su bel canto

Para que ría y surja su voz de sirena
para que llore e inunde peces de colores
para que si hay tormenta tenga paz asegurada
y no importa cuan profunda, arremolinada, terrible, poderosa
ella siempre corra con ventaja.

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1 comentario:

Bicho raro dijo...

Me encanta, ufff!! como lo entiendo...