Te lloro,
aunque no sepa qué lloro
te extraño, aunque no sepa qué extraño
me río, aunque no sé porqué río.
si hay algo que me deja este domingo desabrido
es la certeza de que igual habías vivido
quizá una vida que yo no conozco
o donde las cosas no me hacían sentido
pero así como yo busco sentido a las mías
vos le diste un mundo a las tuyas
quizá nos olvidamos de compartirlas
quizá lo real era menos intenso que lo ficticio
quizá lo que no compartiste quedó en el olvido
de una familia desconectada
quizá no puedo cambiar la historia
quizá la mía esté en la memoria
quizá no voy a ganar tu registro
quizá tu mundo es distinto del mío
quizá me esforcé por compartir tu locura
porque necesitaba un padre o tal vez un amigo
pero no entiendo porqué no me hablaste más veces
o te encerraste en vez de acercarte al nido
quizá hablar es más difícil que callar
o decir palabras con sentido
quizá la palabra duele tanto y tiene peso
que no dijiste lo que debías haber dicho.
Te lloro, y me río.
Ahora que estás muriendo y no sé cómo acercarme
te veo de lejos y quiero estar
pero tu finitud me asusta
me asusta pensar que no vas a estar
incluso cuando yo ya te había matado.
La muerte es algo con lo que no se juega
es más real que los juegos del pasado.
Y es tan certera que no se puede obviar su aparición.
Ella viene y llena de muerte cada rincón.
La muerte es muerte y no hay forma de negarla,
incluso cuando pensamos que hay muerte en la vida
la real es más ilógica e incomprensible que la autoinflingida
no entiendo a la muerte
no te entendí a vos
o quizá entendí sólo una parte
como cuando me miraste en ese acorde de Nessun Dorma
y me ví reflejada en tu agonía
porque los dos tenemos la misma fibra
y quizá ahí más que nunca me sentí unida
¿qué me une a vos, qué me desata?
ya no quiero hacer un duelo sola
y tengo miedo de que mueras
porque si antes me sentí sola
ahora va a ser con certeza.
Yo pido por mi vieja, que está ahí día tras día
y pido por tu alma, que se enfrenta con la muerte
los domingos nunca quería verte
ahora sólo quiero estar para entenderte.
2 comentarios:
Deja que el silencio
dé la sintonía,
y que la mirada
componga las pausas
y agarrá su mano (si aún sigue vivo)
Y, si es lo contrario,
no sé qué decirte...
Salvo que de loca se salta más alto
y es más el camino
que lleva al asfalto.
Es lo que está pasando en este exacto momento.
(La mano, el silencio, la pausa.)
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