Con olor a 1910 en adelante....

Y para hacer honor a la gran bolufrase carolística, aquí van mis actividades culturales de las últimas tres semanas. Si bien supongo que todas son recomendables, voy a intentar una crítica para nada objetiva. Lo que a mí me parezca está bien, y lo que no, no. ¿Okey?

[Algo que me resultó bastante gracioso después de lanzarme a la tarea crítica, es darme cuenta de que todas las obras que menciono en este post y en el que viene, tienen relación con las primeras décadas del 1900. No sé si esto es mera casualidad, pero, salvo Musik Fabrik y la novela de Sara Gallardo, absolutamente todas las cosas que estuve haciendo me remiten a aquellos años “positivistas”, previos a las grandes hambrunas, en los cuales todavía se podía soñar con un progreso ilimitado. Quizá por eso el arte de esa época sea tan florido y lleno de desparpajo. Ja! Casi voy a una fiesta de disfraces en la cual, oh, sorpresa, estuve a punto de vestirme de Charleston.]

- “El Ilusionista”:

Interesa, pero el personaje que sin duda está mejor logrado no es específicamente el de Edward Norton sino aquél que desarrolla Rufus Sewell, como príncipe Leopold. Una interpretación que se destacó entre la sobriedad de un Norton a quien el papel de mago no es el que mejor le sale. Podría haberlo tolerado haciendo de músico, pero un mago necesita ojos más profundos y voz más grave. O al menos aparentarlos.

PD: El príncipe Leopold era increíblemente parecido a mi bisabuelo paterno. Aquí les dejo una foto para que comparen. Scary, ah?

- “Sintonía en Fuga”:
El piccolo concertino del flamante coro vicentelopeano incluyó un tema de Gershwin –“Someone to watch over me”, Adiós Nonino y hasta una canción de Drexler, “Camino a la Paloma”. Dirección: Federico Sambartolomeo. Cantora zamiga: Carolina Arriaga, alias María de Nazareth y/o Frida.

- “Karol, el hombre que se convirtió en Papa”:
La película recorre los años jóvenes del polaco amado, justo hasta que es elegido Papa. Hay una increíble belleza visual en el film, por su capacidad de narrar los momentos espirituales más complejos de su protagonista. Otra cosa destacable es que muestra cómo todas las decisiones de Wojtyla, en ese contexto histórico, tendrían una consecuencia profunda para la Iglesia y para toda la humanidad.

- Ciclo de Música Contemporánea del Complejo Teatral de Buenos Aires:
--------En particular la interpretación del ensamble alemán Musik Fabrik, con la dirección orquestal de Pérez Pouilleux, no fue de mi agrado. No sólo porque la música contemporánea me hace sentir fuera de mis cabales -como en algún momento experimentó también mi papá y de lo cual nos reimos al escuchar la anécdota del concierto- sino también porque parece música carente de sentido –dije parece, no es-. Tooooodo el mundo habla de que la “evolución” de la música llevó a este tipo de sonidos. Yo más bien hablaría de un Retraso en la inteligencia de la humanidad, dejando de lado cualquier acceso de piedad o esnobismo.
--------En fin, el concierto comenzó con lo que se llama Dal niente-Interieur III, de 1970, para clarinete solo. Yo no les puedo explicar la desesperación que me agarró por lanzar una carcajada en la mitad de la interpretación: ¡parecía una interminable sucesión de flatos!!! Fue realmente un esfuerzo permanecer sentada en la butaca sin temblar y soportar los diez minutos en los cuales el agitado clarinetista intentó sacar sin conseguirlo algún sonido CUERDO de aquél instrumento. Hubiera sido mucho más interesante que se pusiera un estetoscopio en el estómago, definitivamente.
--------Obviamente se me ocurrieron cantidades de chistes bizarros y guarangos, que no me animaba a exteriorizar por miedo a interrumpir la esforzada concentración de la mayoría de los snobs ridículos que tenía a mi alrededor, y para no tentar a mis amigas que ya suficiente tenían con tratar de dormirse. Bueno, creo que ya se dieron cuenta de que, para atrás este concierto. Dejo el tema para algún experto.

- Irish Feet:
Irish Feet es una compañía de danzas irlandesas en la que participa mi amiga Lucy Rattagan, y que a fines de noviembre se presentó en el auditorio del Instituto Santa Ana para presentar el tercero de sus shows, cuya inspiración salió de los más variados espectáculos: desde los de Michael Flatley –conocido por Lord of the Dance- hasta un mix de tap-jigs súper sexy. Muuuuy interesante, sobre todo para aquellos amantes de la cultura celta a quienes les interesa que se renueve el aire y las propuestas proliferen. Para más informaciones útiles, http://www.irish-feet.com.ar/.

- Gershwin, el hombre que amamos:
Y cuándo no, el ídolo de multitudes George Gershwin revivió de la mano de Ernesto Acher y Jorge Navarro, cada loco con su tema –orquesta y piano respectivamente- y con sus composiciones más hermosas. Incluso la última, Porgy and Bess, que fue concluida por su hermano Ira. Acher no se privó de contar que en realidad en la casa de Gershwin no había mucha plata, por lo que hubo que decidir quién aprendería piano y así fue como Ira le cedió el honor gentilmente a su hermanito, a quien seguramente ya le veía las ganas y el genio.

- Alvy Singer Big Band en La Cubana:
“Alvy Singer es en realidad Jano Seitun...” –así reza la página http://www.alvysinger.com.ar/, al hablar de su creador. Se trata de un ex contrabajista de la Orquesta Académica del Teatro Colón, ex bajista de los Cuatro Vientos, y chelista de la Orquesta Típica El Afronte y de la de la UTN, entre miles de otras cosas.
Ahora se dedica a componer una especie de music hall medio violento –por sus letras, digo- pero con onda. Al susodicho le gusta el jazz, el swing, el dixieland y el foxtrot, lo que lo hizo integrar a su proyecto un saxo soprano, un piano, clarinete, saxo alto, trompeta, trombón, contrabajo y percusión, junto con su voz y los coros. El resultado es una gran joplinesque –por Scott, no por Janis-, una explosión de colores pero con un dejo de amargura en la voz de Seitún, quizá por algún amor quebrado. Vale la pena. Muy Kusturica, música de festival paradójicamente dolorosa y punzante.

En el próximo post, ampliaremosssssssss!!!