No, mejor te dejo pasar.
Cuántas veces deseé tus ojos
tan extraños como una turmalina
pero sé que no sos para mí.
Así como yo no soy para vos.
Reconocer esa fuerza verdosa
me hace también pensar.
Como diría Malraux:
Las tentaciones se transforman en conocimiento.
Y más profundo que tu sangre escocesa
es mi propio torbellino en este momento.
Que necesito explorar para saber lo que quiero...
Es curioso, no?
Como algunas veces nos desdoblamos en unos ojos verdes
y algunas otras esa misma mirada
nos hace mirar para adentro,
antes de hacernos cargo de la pasión contenida.
Y sí, te dejaré pasar.
No es que te olvide rápido,
la inteligencia vigila.
Los sentidos están alertas,
como esperando agua fría.
Pero en fin, mi vida es mi vida
y no siempre logro lo que quiero
o quizá sí, pero postergo los caprichos
y en este momento vos sos un caprichito
como tantos otros que me dí en la vida.
Tengo que aprender a jugar con el chocolate
y no con las personas....
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