Ahora entiendo por qué no tantas personas son mis amigas
tanta gente que podría serlo
sin embargo la vida me une a determinados seres
que quizá aprecian el silencio
o saben escuchar.
Últimamente veo en el discurso de los otros
la anticipación del conflicto del cual se quejan
la exacta causal de sus propios problemas
la clave certera de su ceguera
y me lo callo todo, como buena escucha.
Nadie quiere oír
sus verdades en bandeja.
Nadie quiere ser descubierto en su mentalidad.
Quizá mejor,
reencontrarme conmigo misma
que ser quien se adjudique la tarea
de señalarle a los demás
algo que no están preparados para ver,
incluso si lo piden a gritos.
Mejor desentrañar las verdades propias.
Que por propias,
son más difíciles de ver...
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