1.10.10

El silencio me llama.
Me compensa, me penetra.
Deja una estela,
entre todo lo que piso.
Es los ojos de un gato
cuando es descubierto.
Puro silencio y desconcierto.
Pero por qué me llama?
Si yo no dije nada.
No le dije que venga,
ni se instale ni nada.
Quizás es mi amigo,
no desea una hermana,
es soltanto la idea
de una idea originaria.

Me hacen falta momentos.
Me hace falta la nada,
porque escucho lo interno
y me doy rienda suelta.

Justo ahora en el vaso
esta la mitad llena.
Necesito vaciarlo
porque hay mucha marea.
Se me llena y me llena
y no quiero llenarlo:
quiero el aire que falta
y poder respirarlo!

El delgado equilibrio
de la escucha serena
de rezarlo y crearlo
de rearmar mi poema.

Cómo hacer? -me pregunto.
Qué volver? -me deshago.

Es muy tarde o temprano?
Es Dalí o es Picasso?

Ya te extraño y no te tengo
nunca te tuve y te amo
cómo entender el regalo
el momento -el abrazo-
si no te prometí nada
ni vos a mí, hace rato.
Por qué tanto don nato?
Cómo hago para disfrutarlo?

Y el silencio me vuelve.
Me revuelve y me envuelve.
Me desgracia y me embroma
me sucede y me amarra.
Me retoma y me agranda
me resuena y farfulla
me celebra y demanda



y ya nada me importa.
Porque nada así importa.
Porque importar no es nada.




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3 comentarios:

Humberto Dib dijo...

Hola, entré a tu blog por casualidad. Me pareció muy interesante y quería decírtelo.
Aprovecho para invitarte al mío que es de literatura.
Un saludo.
Humberto.

www.humbertodib.blogspot.com

Eduardo Jorge Orellana dijo...

Es impactante lo que pueden transmitir las palabras con solo clavarlas en su orden adecuado. Felicidades!

Silvia dijo...

Muchas gracias Humberto! Estoy pasando por el tuyo.

Eduardo: Es tan lindo jugar con las palabras....