Yo estaba imperfecta, hormonal, en jogging, tirada en la cama, comiendo dulce de leche repostero y sin tener idea -todavía- de quién soy ni qué quiero.
No sé si puedo combatir un estreñimiento que no tengo o lavarme el pelo con un shampoo que no me lo reseque, ni si soy una "mujer que se hace cargo de su vida".
Simplemente sé que el alcohol del sábado a la noche me tumba
pero me gusta bailar y cantar,
que cuando estoy de novia me vuelvo dependiente y neurótica,
que le tengo miedo a la soledad pero amo llamar a mis amigos,
que adoro reírme mucho, las ironías, el humor negro y el cine inglés,
tomar café con leche a la mañana,
leer libros interesantes,
me vuelve loca tomarme un avión y viajar aunque hace mucho que no lo hago lejos,
admiro a todos los músicos del planeta
y me llamo Silvia.
Mi blog se está volviendo recurrente.
Aunque sé mis próximas metas.
Buscar un teclado,
conectarlo a la PC,
y ver qué sale.
Y de acuerdo a eso tomar clases.
Espero lograrlo en breve y no en un par de años.
Ah, y quizá mudarme.
Nuevamente.
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