17.5.07

Tengo que dejar de subestimar a mi cordura.

He constatado que la mayoría de las veces que me mandé cagadas fue más que nada porque sentí cosas muy intensas.

Pero considero que aquellos que somos capaces de poner en duda nuestras convicciones -cualidad que no poseen muchas personas- somos los que más derecho tenemos a respaldarlas.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

hummmmmm....

no la entendi.

me lo explicas de nuevo?